La Terapia Sistémica entiende los problemas desde un marco contextual y se focaliza en comprender y cambiar las dinámicas de las relaciones (familiares, laborales, escolares, etc.).
Los roles y los comportamientos de las personas en estos contextos, se entiende que están determinados por las reglas del propio sistema y de la interacción que existe entre sus miembros.
Siguiendo a Paul Watzlawick, pionero en distinguir la causalidad lineal (causa-efecto o acción-reacción) de la causalidad circular siendo la principal protagonista en la terapia desde el enfoque sistémico ya que, observa los fenómenos de manera multicausal, circular e interactiva que aparecen en el interior del sistema o grupo. La visión circular de los problemas está marcada por cómo el comportamiento de un individuo influencia las acciones de otro, que por su parte influye también sobre el primero.
Cada componente del sistema tiene que entrar en relación a través de la comunicación siendo una de las principales claves, teniendo en cuenta que los diferentes sistemas o grupos tienen sus propias reglas de transformación y se autocontrolan a través de procesos de retroalimentación para mantener un estado de equilibrio.
Este enfoque terapéutico se presenta como una forma sistemática y científica para representar la realidad desde una perspectiva holística e integradora, donde lo más importante son las relaciones y los componentes que cobran importancia a partir de ellas.
Su estudio y práctica pone especial importancia en la relación y comunicación en cualquier grupo de personas que interaccione, entendido como un sistema.
Este enfoque se extiende también a las personas individuales, teniendo en cuenta los distintos sistemas que componen su contexto, pudiendo trabajarlo también desde un nivel terapéutico individual.